domingo, 17 de octubre de 2010

Con la fuerza del agua, los barrios toman forma ciudadana en Ñuñoa, por Manuel Guerrero


Ayer 16 de Otcubre 2010 se dio inicio al "Festival de Todos Los Barrios" en Ñuñoa. El punta pie lo dio la Agrupación de vecinos del Barrio Guillermo Franke y el Centro Cultural del Sur en la población Rosita Renard. Dos actividades en el espacio público, llenos de creatividad, colores, música, propuestas ecosociales, de justicia social, climática y sexual, de mujeres arriba de la bicicleta, jóvenes memoriando de la FECH, artesanos y microempresarios mostrando sus trabajos, amigas venidas del sur de Chile compartiendo experiencias, organizaciones ciudadanas denunciando, testimoneando, trabajando desde su especificidad las apuestas y esfuerzos que han logrado defender el patrimonio cultural, arquitectónico y social de sus barrios, aún contra las trenzas de intereses de negocio y política que en Chile ya no encuentran frontera partidaria -salvo extrañas excepciones-.

Partió el Festival de Todos Los Barrios, con la magia y fuerza que está en las personas movilizadas, activas, soñadoras, inquietas, cuestionantes. Pero sin llantos, lamentos, bronca, desconfianza. Hablando desde el corazón conectados a la cabeza, a la cadera y a los pies, no desde el malestar de la guata ni la mano empuñada, sino desde el abrazo, la invitación, el estímulo, el volver a encantarse con el milagro de la nueva vida que solo genera la organización social, poder actuar en conjunto. Plurales, diversos, singulares, pero juntos por barrios más amables y justos: proteger a las personas, proteger a la tierra, repartir con justicia. Limitar el consumo, el derroche, el despilfarro. Autolimitarse e incidir en los espacios de toma de decisión para no seguir destruyendo nuestro entorno, nuestro habitat, nuestro hogar: nuestros barrios.

Hoy en los barrios, desde ahí mirando al país, desde el país mirando al mundo.

Y viendo a las agrupaciones barriales bellamente movilizadas, y viendo también a la "fuerza pública" -que bien poco tiene de pública, y harto de privada- rondando, haciéndose presente amenazante, casi hostigando, advirtiendo con desalojo y multas ante una actividad de los propios vecinos en su propia plaza con sus propios hijos, amigos, invitados, me recuerdo del cuento del viejo Antonio la espada, el árbol, la piedra y el agua.

Contento de esta vida que lenta brota desde los barrios como agua, comparto contigo esas letras del Sub.

Abrazos y bien por esta nueva Ñuñoa que se viene!!
Manuel Guerrero
Concejal Vecino
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La historia de la Espada, el Árbol, la Tierra y el Agua 

Mordisquea la pipa el viejo Antonio. Mordisquea las palabras y les da forma y sentido. Habla el viejo Antonio, la lluvia se detiene a escuchar y el agua y la oscuridad dan un reposo.

Nuestros mas grandes abuelos tuvieron que enfrentar al extranjero que vino a conquistar estas tierras. Vino el extranjero a ponernos otro modo, otra palabra, otra creencia, otro dios y otra justicia.

Era su justicia solo para tener el y despojarnos a nosotros. Era su dios el oro.Era su creencia su superioridad. Era su palabra la mentira. Era su modo la crueldad. Los nuestros, los mas grandes guerreros se enfrentaron a ellos, grandes peleas hubo entre los naturales de estas tierras para defender la tierra de la mano del extranjero. Pero grande era también la fuerza que traía la fuerza extraña. Grandes y buenos guerreros cayeron peleando y murieron. Las batallas seguían, pocos eran ya los guerreros y las mujeres y los niños tomaban las armas de los que caian.

Se reunieron entonces los mas sabios de los abuelos y se contaron la historia de la espada, del árbol, de la piedra y el agua. Se contaron que en los tiempos mas viejos y allá en las montañas se reunieron las cosas que los hombres tenían para trabajarse y defenderse.

Andaban los dioses como era su modo de por si, o sea que dormidos se estaban porque muy haraganes eran entonces los dioses que no eran los dioses mas grande, los que nacieron el mundo, los primeros. Estaban el hombre y la mujer gastándose en el cuerpo y creciendo en el corazón en un rincón de la madrugada. Silencio se estaba la noche. Callada se estaba porque ya sabia que muy poco le quedaba. Entonces hablo la espada y dijo:

Yo soy la mas fuerte y puedo destruirlos a todos. Mi filo corta y doy poder al que me toma y muerte al que me enfrenta.

Mentira- dijo el árbol- Yo soy mas fuerte, he resistido al viento y la mas feroz tormenta.

Se pelearon la espada y el arbol. Fuerte y duro se puso el árbol y enfrento a la espada. La espada golpeo y golpeo hasta que fue cortando el tronco y derribo el arbol.

Yo soy la mas fuerte - volvió a decir la espada.

Mentira- dijo la piedra. Yo soy mas fuerte porque soy dura y antigua, soy pesada y llena.

Y se pelearon la espada y la piedra.

Dura y firme se puso la piedra y enfrento a la espada. La espada golpeo y golpeo y no pudo destruir a la piedra pero la partió en muchos pedazos. La espada quedo sin filo y la piedra muy pedaceada.

Es un empate- dijeron la espada y la piedra y lloraron lo inútil de su pelea.

Mientras estaba el agua del arroyo no mas mirando la pelea y nada decia. La miro a la espada y dijo:

Tu eres la mas débil de todos! Nada puedes hacer a nadie. Yo soy mas fuerte que tu- y se lanzo la espada con gran fuerza contra el agua del arroyo. Un gran escándalo y un ruidero se hizo, se espantaron los peces, y el agua no resistió el golpe de la espada.

Poco a poco, sin decir nada, el agua volvió a tomar su forma, a envolver la espada y a seguir su camino al río que la llevaría al agua grande que hicieron los dioses para curarle la sed que les daba.

Paso el tiempo y la espada en el agua se empezó a hacer vieja y oxidada, perdió el filo y los pescados se le acercaban sin miedo.

Con pena se retiro la espada del agua del arroyo. Sin filo ya, y dijo:

Soy mas fuerte, pero no le puedo hacer daño, pues sin pelear me ha vencido.

Se paso la madrugada y vino el sol a levantar al hombre y a la mujer que se habían cansado juntos para hacerse nuevos. Encontraron el hombre y la mujer a la espada en un rincón oscuro, a la piedra echa pedacera, el árbol caído y al agua del arroyo cantando...

Acabaron los abuelos de contarse la historia y dijeron:

Hay veces que debemos pelear como si fuéramos espada frente al animal, hay veces que tenemos que pelear como árbol frente a la tormenta, hay veces que tenemos que pelear como piedras frente al tiempo.

pero hay veces que tenemos que pelear como el agua frente a la espada, el árbol y la piedra. Esta es la hora de hacernos agua y seguir nuestro camino hasta que el río que nos lleve al agua grande donde curan la sed los grandes dioses, los que nacieron el mundo, los primeros.

(Fuente: "Cuentos para una soledad desvelada" por Subcomandante Insurgente Marcos)

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